domingo, 29 de julio de 2018

LA BELLA Y LA BESTIA



Un rico mercader tenía tres hijas: las dos mayores además de ser ociosas, no eran agraciadas; pero la tercera era más bonita que la llamaban bella.

El mercader empobreció y se vio obligado a vender sus propiedades. Se despidieron de los criados y amas que antes les habían servido y se mudaron a vivir a una humilde y precaria cabaña.
Más, si las hermanas mayores no olvidaban su ociosa forma de vivir sin reparar en la realidad, la menor (Bella) realizaba las labores de casa y se sentía muy bien porque con esto ayudaba a su padre caído en desgracia.
Por esos días llego una carta al padre de Bella en la que le ofrecían en una ciudad lejana.
Esto le alegro la vida, por lo que se animó a decirle a la más hermosa de sus hijas: Bella mía, ¿Qué regalo deseas que te traiga cuando vuelva?”
Iba a pedir, pero sus hermanas la atropellaron:
“¡para nosotras unos lindos vestidos!”.
Después Bella añadió:
“padre yo solo quiero la rosa más linda del mundo”.
Luego de realizar su trabajo, volviendo a casa, el mercader se extravió en el bosque. Se subió a un árbol y observó un gran castillo. Llegó y sus puertas estaban abiertas. Ingresó, hallando la cena servida y una alcoba para reparar su cansancio.
Al otro día su desayuno estaba servido. Paseó por el jardín de donde arrancó la rosa más hermosa. Fue allí que se asomó la presencia de un ser monstruoso: “¡Maldito! -grito-. Te doy comida y reposo, y tú me pagas robando mis rosas”.
Lo sentenció a muerte, pero luego desistiría: “Te perdonaré -le dijo el monstruo- si me traes al primer ser que salga a recibirte al llegar a casa”.
Pensó timarlo y aceptó. Al retomar a casa fue Bella quien salió a recibirlo. El mercader se lo contó todo y su hija le dijo que debía cumplir con lo prometido.
Conoció al monstruo y Bella le expresó su rechazo; sin embargo, respetó el trato y se quedó a vivir con él. Fueron unos días hermosos porque el monstruo exhibió su gran corazón y la trató como una reina. Pero huía de él si quería hablarle de amor.
Avisaron a Bella que su padre estaba grave y esta suplicó al monstruo que le permita verlo. El aceptó, dándole un anillo con virtudes mágicas.
Su padre sanó con solo ver a su hija. Pasaron los días y Bella sintió que extrañaba la presencia del adorable monstruo. Frotó el anillo y vio una tumba.
Corrió al castillo y lo halló muriendo de pena ante su ausencia. Lo beso diciéndole que lo amaba y reviviendo, el monstruo se transformó en un bello príncipe azul. Se casaron, tuvieron muchos hijos y fueron muy felices.  
Autor:Linda Woolverton
             
                     FIN

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